En el mundo de las herencias y la planificación patrimonial, el fideicomiso es una herramienta ampliamente conocida y utilizada en Estados Unidos.
Las grandes fortunas norteamericanas recurren a los fideicomisos para optimizar la transmisión de su patrimonio, aprovechando ventajas fiscales y asegurando el control sobre los bienes incluso después de su traspaso. Aunque menos conocida, esta fórmula también existe en España. En este artículo, exploraremos cómo funcionan los fideicomisos en España y su impacto fiscal.
El fideicomiso, también conocido como trust, es una figura jurídica que permite a una persona (el fideicomitente) transferir la propiedad de sus bienes a otra (el fiduciario) para que los administre en beneficio de una tercera persona (el fideicomisario). Esta herramienta de planificación financiera permite transferir la propiedad sin perder el control sobre los bienes, lo cual es especialmente útil para la planificación de herencias.
En España, el fideicomiso está regulado en el artículo 781 del Código Civil. Este precepto establece que las sustituciones fideicomisarias, en las cuales se encarga al heredero que conserve y transmita a un tercero parte o la totalidad de la herencia, serán válidas siempre que no pasen del segundo grado, o que se hagan en favor de personas que vivan al tiempo del fallecimiento del testador.
Existen varios tipos de fideicomisos, entre ellos:
A diferencia de Estados Unidos, en España la tributación de los fideicomisos no ofrece ventajas significativas. El Reglamento del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones (ISD) establece que en las sustituciones fideicomisarias, el impuesto se exigirá tanto en la institución como en cada sustitución, teniendo en cuenta el patrimonio preexistente y el grado de parentesco con el causante.
El fiduciario es considerado un mero usufructuario y debe pagar impuestos por el usufructo de los bienes. Cuando el fideicomisario (por ejemplo, un nieto) reciba finalmente los bienes, deberá liquidar el impuesto correspondiente con Hacienda.
Una cuestión clave es determinar cuándo se considera que los bienes se transmiten del testador original a los beneficiarios finales. El artículo 74.3 del ISD indica que la adquisición de bienes o derechos cuya efectividad esté suspendida por una condición, término, fideicomiso u otra limitación, se entenderá realizada el día en que dichas limitaciones desaparezcan. Este momento será el que determine el valor de los bienes y los tipos de gravamen aplicables.
Debido a la falta de beneficios fiscales significativos, el uso del fideicomiso en España es casi testimonial. Aunque ofrece la ventaja de mantener el control sobre los bienes y asegurar su correcta administración, no proporciona los mismos incentivos fiscales que en Estados Unidos.
Los fideicomisos son una herramienta valiosa en la planificación de herencias y la administración de bienes, ampliamente utilizada en Estados Unidos por sus ventajas fiscales. En España, aunque la figura del fideicomiso está regulada y puede ser utilizada, su impacto fiscal es menos favorable, lo que ha llevado a un uso limitado. Para aquellos interesados en explorar esta opción, es esencial contar con asesoramiento jurídico y fiscal especializado para asegurar su correcta implementación y maximizar los beneficios posibles.